La dificultad principal que enfrentan los esfuerzos de lograr que el gobierno sea más eficiente, más pequeño y de menor costo es la existencia de un gobierno subterráneo, no institucional, invisible para el ciudadano e inclusive para ciertos niveles de gerencia gubernamental y paralelo al gobierno formal, que tiende a desviar los esfuerzos por transformar el gobierno. Ese gobierno subterráneo, ejerce una influencia continua en contra de cada iniciativa que amenace el estado actual de las cosas en la burocracia gubernamental. Incluye entre otros componentes, los siguientes.
Las asociaciones de empleados públicos en apoyo a los partidos políticos. Estas asociaciones facturan a los candidatos el precio de su apoyo político asegurándose que sus agencias particulares se afecten el mínimo posible en los procesos de reorganización gubernamental, para no ser tocados en la eliminación de agencias o programas. Por tanto, frustran iniciativas que beneficiarían los servicios que ofrece el gobierno, ya sea eliminando o consolidando programas o agencias. También incluye a los sindicatos de empleados públicos. En Puerto Rico, los sindicatos son altamente ideológicos y tribales en sus posiciones y repudian las iniciativas de reducir el tamaño del gobierno. ¡Que paguen los ricos!, es el estribillo más común que se escucha en las consignas en contra de cualquier iniciativa de transformación.
Forman parte de ese gobierno subterráneo, organizaciones privadas asociadas a ciertas operaciones gubernamentales, tales como los taxistas y los camioneros, entre otros. La controversia entre taxistas y la plataforma tecnológica conocida como Uber desatada recientemente, con toques de violencia de parte de las agrupaciones de taxistas es un ejemplo de intimidación a iniciativas de cambio e innovación. Las amenazas de los camioneros de parar la transportación de mercaderías y bloquear las vías de transportación cuando una iniciativa de cambio o reforma puede afectar sus intereses es otro ejemplo.
Hay otro grupo poderoso compuesto por los padrinos del financiamiento de las campañas políticas, ya sean donantes importantes o coordinadores de eventos de recaudación de fondos de cuantía significativa. Estos padrinos impulsan el nombramiento o remoción de funcionarios públicos y promueven la remoción de cualquier funcionario cuyas iniciativas trastoque sus intereses de contratación gubernamental. El fantasma de la corrupción entorpece, atrasa o elimina iniciativas de cambio ofreciendo dinero a funcionarios a cambio de favores que incluyen el quebrantamiento de procesos y procedimientos asociados a las iniciativas de reforma gubernamental. El caso reciente en proceso en los tribunales del señor Anaudi Hernández, acusado de varios casos de corrupción es un ejemplo. El caso del exsecretario de educación Víctor Fajardo es otro ejemplo.
Finalmente, incluye a ciertos medios de comunicación masiva que tienen preferencias ideológicas o políticas para uno o varios candidatos a puestos electivos que fomentan el descrédito a las iniciativas de reformas del candidato contra el que tienen una intención de bloqueo, para que pierda apoyo y quede fuera del juego político. ¿Cómo podemos combatir el gobierno subterráneo?
Estoy completamente de acuerdo con sus comentarios.
Es muy claro que una manera de mejorar a Puerto Rico es haciendo esa situación bien clara para todos los puertorriqueños de la isla, para que trabajen a eliminarla. No creo que los partidos políticos estén incómodos con la situación porque ellos la usan para su ventaja electoral. Ambos partidos importantes les gusta como esta la situación Los otros políticos de los partidos menores o políticos no afiliados temen traerlo a foro de discusión publica.
Luis
Gracias, Luis.