La Junta de Supervisión Fiscal, envió el jueves 9 de marzo, una segunda carta, en un plazo de 24 horas, al gobernador Ricardo Rosselló, rechazando el nuevo plan fiscal sometido por éste y otorgándole un plazo hasta las 9:00am de hoy sábado para someter un nuevo plan que cumpla con las proyecciones de ingresos y gastos que estima la Junta para atender la crisis fiscal.
Existen dos estimados de ingresos y gastos: el del equipo técnico del gobierno, asesorado por la firma Conway MacKenzie y el de la Junta de Supervisión Fiscal, asesorada por la firma Ernst & Young. Dos estimados, dos equipos técnicos y un muro entre ambos. Según la Junta, el plan fiscal sometido subestima los ingresos. Según el gobernador el plan cuadra las finanzas y balancea el presupuesto. La premura de la Junta radica en su expectativa de tener un plan fiscal aprobado al 15 de marzo, que debe ser considerado en su reunión de New York este lunes 13 de marzo.
El gobernador le ha ofrecido a la Junta que se celebre una reunión de los dos equipos técnicos, el de la Junta y el del gobernador, para discutir las diferencias en las proyecciones. La Junta no ha accedido a esa petición a la fecha en que escribimos esta columna.
En mayo del 2006, el gobernador Aníbal Acevedo Vilá y la Asamblea Legislativa de Puerto Rico, bajo el liderato de Kenneth McClintock y José Aponte, se encontraban en una situación similar. Un tranque con las proyecciones de ingresos y gastos para el presupuesto que se iniciaba el 1ro de julio de 2006. Ninguna de las partes cedía en su posición. El tranque provocó el cierre del gobierno por dos semanas, incidente nefasto que inició la espiral de desconfianza en las finanzas públicas que perdura hoy.
Pero ambas partes designaron un comité de consenso, que fue denominado por El Nuevo Día como “Comité de la Esperanza” compuesto por dos economistas y un CPA, el economista Ramón Cao, este servidor y el CPA Jorge Aponte, junto al exjuez del Tribunal Supremo, Antonio Negrón García como moderador.
El comité se reunió en sesión permanente de 24 horas por espacio de tres días y en 72 horas presentó a ambas partes una salida al tranque, en un consenso unánime que resolvió la crisis inmediata. El acuerdo final se logró a eso de las 11 de la noche del 10 de mayo de 2006, después de duras horas de negociación en La Fortaleza, tras las partes recibir las recomendaciones del comité en las que fue necesario forzar la aceptación de los acuerdos.
¿Por qué la Junta de Supervisión Fiscal no accede a una sesión permanente de los dos equipos técnicos? Conozco personalmente al colega José Carrión, quien fue miembro de una Junta que tuve el honor de presidir en el cuatrienio del 2009 al 2012. Conozco también al colega Carlos García quien, mientras era presidente del Banco Gubernamental de Fomento participó activamente del Consejo de Economistas del gobernador, del cual fui parte, en aquel cuatrienio. Ambos son personas razonables, comprometidos con Puerto Rico. ¿Cuál es su influencia en esta Junta, que cuenta con tres distinguidos puertorriqueños?
La Junta puede explorar un periodo de 4 años para balancear el presupuesto. Ambas partes pueden explorar medidas contributivas adicionales que no afecten directamente al consumidor, como un aumento de 2% adicional a las denominadas corporaciones foráneas, que tributan a una tasa ridículamente baja de tan solo 4% de sus ganancias. Ambas partes pueden armonizar las proyecciones de ingresos y gastos.
Lo que es necesario es tener la voluntad de lograr una salida del laberinto económico. Es necesario un poco mas de sensibilidad por parte de la Junta. Jose Carron y el gobernador Ricardo Rosselló deben tomarse un café, juntos este sábado en la mañana y decidir encerrar en un salón, por 48 horas consecutivas, sin receso, a los dos equipos técnicos y no abrirles la puerta de salida del salón hasta que tengan un acuerdo. Que esos especialistas de ambos equipos técnicos se ganen con sudor y sacrificio el dinero que se les paga. Puerto Rico se lo merece.