El rol de los seguros
Un aspecto importante en la paz financiera a la que debes aspirar es mantener una protección adecuada contra ciertos eventos a los que estás expuesta siempre. Contar con esa protección te ayuda en el manejo de los riesgos de tales eventos. Tienes que protegerte de las pérdidas que estos eventos puedan ocasionar a los ingresos y activos de tu familia. Recuerda que son situaciones que no están bajo tu control.
Los eventos principales son los siguientes:
- Una enfermedad catastrófica o duradera que requiera un largo periodo de convalecencia u hospitalización.
- Un accidente o enfermedad que te incapacite permanente o temporeramente.
- Un evento de la naturaleza que destruya o inflija grave daño a tus propiedades.
- Una demanda contra tu persona que ponga en riesgo tu casa y otros activos tuyos.
- Un accidente con tu automóvil que inflija daños a otras personas o propiedades por los cuales debas compensar a las personas afectadas.
- La muerte prematura tuya que deje a los miembros de tu familia desprovistos de los ingresos que generas para satisfacer las necesidades básicas de éstos.
Hay dos maneras de controlar los riesgos. Una es mediante la acumulación inmediata de una gran suma de dinero que te permita asumir los riesgos. La otra es mediante varios contratos de seguros de diversos tipos con una o varias compañías de seguros en los cuáles mediante el pago de una prima, o cantidad de dinero anual que tú pagas a la compañía aseguradora, ésta asume el riesgo y te quita de tu cabeza la preocupación financiera de ese riesgo.
Es como una apuesta. Si el evento que tu no controlas ocurre, como por ejemplo una enfermedad catastrófica, la compañía aseguradora pierde porque tiene que pagar los gastos médicos. Si no ocurre ese evento, tu pierdes el dinero que pagaste como prima de seguro a la compañía.
Pocos millonarios pueden afrontar el riesgo de no tener seguros. Por lo tanto, todo ciudadano común que viva de su salario o de las ganancias de su pequeño negocio debe también evitar riesgos innecesarios mediante la adquisición de un buen programa de seguros que le proteja de esos riesgos.
Los seguros que le protegen de los eventos de riesgo que hemos enumerado son los siguientes:
- Seguros de salud, para protegerse del riesgo financiero de una enfermedad catastrófica.
- Seguros de incapacidad y accidente, para protegerse de una incapacidad.
- Seguros de propiedad, para protegerse de un evento de la naturaleza que destruya o dañe sus propiedades.
- Seguros de responsabilidad pública, para protegerse de una demanda contra su persona.
- Seguros de automóvil, para que en caso de accidente con su automóvil pueda compensar a los afectados.
- Seguros de vida, para que en caso de muerte prematura se proteja a tu familia de la pérdida de ingresos que ya tu no podrás generar.
Protege tu salud
Cuando consideres la protección de un seguro de salud (planes médicos) es importante que conozcas el máximo de beneficios a que tienes derecho, la cantidad de los deducibles, el porcentaje de co-aseguro y las disposiciones sobre renovación de la póliza.
Algunas pólizas establecen un límite máximo de beneficios en dólares. Unas pueden establecer un límite de $1 millón y otras no establecen límite. Los deducibles varían y mientras más alto el deducible menos te cuesta la póliza. Sin embargo, si escoges una póliza con un deducible alto, debes tener en consideración que tienes que mantener un fondo de emergencias mayor para cubrir la diferencia. Igual ocurre con el co-aseguro en el cual te comprometes a asumir parte del costo de cada reclamación. Debes buscar una póliza que te cubra el 80% de los costos de cualquier reclamación.
Hay organizaciones conocidas como Health Maintenance Organizations (HMO) que proveen protección a sus miembros a tarifas reducidas a cambio de ciertas restricciones. (Medicare.gov. – 2016). Estas restricciones resultan ser una buena solución cuando el presupuesto es reducido y no tienes un patrono que pague por su plan de salud. La desventaja principal de los HMO es que te limita a los proveedores ya seleccionados por la organización. Sin embargo, esto es lo que, entre otras cosas, permite las tarifas reducidas ya que por lo general la organización contrata a los profesionales por una suma reducida para atender a sus suscriptores.
En el caso de tus padres u otros familiares mayores de 65 años de edad, otro aspecto que se debe tomar en consideración con los seguros de salud es la disponibilidad de beneficios a través del Medicare. Una vez la persona alcanza los 65 años de edad, las reglas de juego para su seguro de salud cambian considerablemente conforme la legislación federal en EUA y Puerto Rico. Los beneficios de Medicare están divididos en dos partes, A y B. La Parte A provee principalmente servicios de hospitalización. Toda persona que esté cubierta por el Seguro Social cualifica automáticamente. La Parte B cubre los costos de médico, visitas ambulatorias al médico y los exámenes de diagnóstico. Esta Parte B tiene que pagarla el beneficiario del Seguro Social y se deduce automáticamente del cheque de beneficios que recibe mensualmente. Cuando tus padres solicitan los beneficios del Seguro Social están solicitando automáticamente los beneficios de la Parte A de Medicare. Si tus padres están próximos a cumplir los 65 años de edad, deben solicitar con tres o cuatro meses de anticipación, de manera que ya estén cubiertos desde el primer día de cumplir la edad reglamentaria. Más adelante, se discute este tema con mayor detalle.
Si estás empleada por una empresa y tu patrono no provee un plan médico, debes explorar acogerte a algún plan tipo HMO. Puedes explorar también afiliarte a alguna organización de beneficencia médica que provea ciertos servicios por una prima razonable. También puedes acogerte a algún plan de pago directo con una aseguradora si tus circunstancias lo permiten. Si estás desempleada o en una condición de extrema dificultad económica, debes explorar si cualificas para el Seguro de Salud del gobierno, conocido en Puerto Rico como la Tarjeta de Salud del Gobierno. (ASES, 2016).
El mensaje importante es el siguiente: evita estar al descubierto porque una enfermedad prolongada en ti o en un miembro de tu familia puede llevarte a la ruina económica si no tienes la protección adecuada.
¿Y si no puedes trabajar?
Se estima que una de cada 4 personas con 20 años de edad a la fecha de publicación de este libro, sufrirá una incapacidad antes de la edad de retiro a los 65 años de edad. (U.S. Social Security Administration, – USSSA -, 2013). En el 2012 había 2.5 millones de trabajadores en Estados Unidos, incluyendo a Puerto Rico, entre las edades de 20 a 40 años, incapacitados y recibiendo beneficios por incapacidad del seguro social federal. (U.S. Social Security Administration, – USSSA -, 2012).
Una mujer típica, de 35 años de edad, 125 libras de peso, no fumadora, que trabaje en un empleo de oficina y algunas responsabilidades de trabajo en la calle, y que lleve un estilo de vida saludable, tiene un 24% de probabilidad de resultar incapacitada por 3 meses o más durante su carrera, y una probabilidad de 38% de que su incapacidad permanezca por 5 años o más, con un periodo de duración promedio de 7 años. Si esa misma mujer pesa 160 libras y fuma, el riesgo de incapacidad aumenta a 41%. Un periodo largo de incapacidad le privará de lo que probablemente sea su activo principal: su capacidad para generar ingresos.
Los problemas médicos contribuyen o representaron el 62% de las razones para radicar una bancarrota en Estados Unidos en el 2007. Un estimado de 500,000 bancarrotas; (Himmelstein, 2009) y fueron la causa de la mitad de las ejecuciones de hipotecas en el 2006. (Tarver, 2008).
El 48% de los trabajadores en Estados Unidos, no ahorran una porción de su salario mensual. (U.S. Federal Reserve Board, 2010), Una tercera parte no tiene ahorros para su retiro. U.S. Social Security Administration, 2013). El 68% de los trabajadores no tienen una reserva monetaria para emergencias. (U.S. Federal Reserve Board, 2010), El 38% no podría pagar sus cuentas por más de 3 meses si pierde los ingresos de su empleo. (Council for Disability Awareness, 2010).
Si tú generas $30,000 anuales y tu incapacidad dura tres años, has perdido $90,000, bajo el supuesto de que no hubieses recibido aumentos en sus ingresos durante esos tres años. Pero no pierdes solamente esos ingresos, que no puedes generar mientras estés incapacitada, puedes perder tu casa y tu automóvil que probablemente sean tus otros activos.
La hipoteca de la casa es el gasto mensual más alto para muchas familias, seguido del pago del automóvil y el colegio de los niños. Los niños pueden sustituir la escuela privada por la escuela pública. Pero, ¿cómo sustituyes la casa y el automóvil si no puedes pagar la mensualidad por un periodo tan largo? ¿Esperará el banco dos o tres años por ti?
Si trabajas para un patrono que provee una póliza de incapacidad, puedes considerarte afortunada porque tienes parte del problema resuelto. Aun cuando estas pólizas grupales limitan los beneficios a cierto periodo y tienen ciertas restricciones para poder hacerlas viables y disponibles a los patronos, ciertamente resuelven un problema.
Si cualificas para una póliza de incapacidad privada y puedes asumir el costo, puedes complementar los beneficios de ambas. Si no tienes una póliza a través de tu patrono debes explorar una privada.
Las pólizas de incapacidad varían considerablemente dependiendo del grado de riesgo de la ocupación que tu ejerzas, tu nivel de ingresos, edad y condición de salud. Cuando adquieras una póliza de incapacidad debes averiguar cuidadosamente la definición de incapacidad del contrato.
Mientras algunas pólizas pagan los beneficios si no puedes generar ingresos en tu ocupación acostumbrada, otras son mucho más restrictivas y condicionan los pagos a que no puedas generar ingresos en ninguna actividad productiva. En este último tipo, si ya no puedes producir ingresos como dentista porque perdiste una de tus manos, pero puedes dar clases en un colegio de enfermería, no cualificas para los beneficios.
Además, debes considerar el periodo de espera. Unas pólizas ofrecen 30 días de espera para comenzar a recibir los beneficios, otras, 90 días y hasta 6 meses. Mientras más largo el periodo de espera, menor es el costo de la prima. Sin embargo, un periodo de espera de 90 días representa generalmente la mejor opción para el asegurado en la mayoría de las pólizas disponibles en el mercado.
Hay dos aspectos importantes que debes considerar en los seguros de incapacidad: las cláusulas de renovación y los beneficios que paga la póliza. Al igual que en las pólizas de salud, mejor conocidas como planes médicos, en las de incapacidad es aconsejable que tengan una cláusula de no cancelable y de renovación garantizada. En cuanto a los beneficios que pagan las pólizas, la inmensa mayoría de éstas no te pagará más del 60% de los ingresos que estés generando al momento de firmar el contrato de seguro.
Además del factor costo, hay una razón adicional para estas limitaciones. Si una póliza te paga la totalidad de los ingresos que generas, en algunas personas podría haber la tentación de fingir una incapacidad para cobrar los beneficios. Recuerda, se trata de tu capacidad para generar ingresos y no arriesgar tu casa y los otros activos cuya posesión y disfrute dependen de que puedas pagar las mensualidades correspondientes.
Por si azota la tempestad
En este capítulo discutiremos el riesgo de un evento de la naturaleza que destruya o inflija grave daño a tu casa, una demanda contra tu persona que ponga en riesgo los activos tuyos, o un accidente con tu automóvil que inflija daños a otras personas o propiedades por los cuales debas compensar a las personas afectadas.
Si eres propietaria de una residencia, seguramente has oído hablar del seguro de home owner o de un personal package. Este contrato de seguro para propietarios de una residencia combina varios tipos de cobertura en un sólo contrato para proveerte protección contra varios riesgos.
El contrato home owner incluye daños a tu propiedad causados por eventos de la naturaleza, tales como huracán, incendio, terremoto, vandalismo y pérdida del contenido, incluyendo mobiliario, equipo, joyas y otras pertenencias. Como parte del contrato se provee para cubrir la responsabilidad tuya ante terceras personas que sufran daños mientras están de visita en tu propiedad y reclamen, mediante demanda, una compensación por dichos daños.
El contrato conocido como personal package permite incluir en el mismo contrato uno o varios automóviles de tu propiedad que utilicen miembros de tu familia. En la cobertura de automóvil puedes incluir, tanto la responsabilidad tuya ante terceros, como los daños a tu propio automóvil, mediante lo que se conoce comúnmente como full cover.
En la cobertura de propiedad debes asegurarte que el contrato provea disposiciones de costo de reemplazo (replacement cost) para la estructura de la propiedad y tus pertenencias personales. Esto significa que, de ocurrir una pérdida, te pagarán los daños al costo actual de reemplazar la estructura o las pertenencias.
Si esta cláusula no está incluida, la aseguradora te pagará los daños incluyendo un factor de depreciación de la propiedad o las pertenencias y puedes terminar recobrando solamente una pequeña parte de tu inversión. El contrato debe proveer también para un co-aseguro de 80% mínimo, es decir, la aseguradora cubrirá, por lo menos, el 80% de los daños y tú el 20% restante.
La cláusula de responsabilidad civil debe proveer suficiente protección ante demandas de terceras personas en contra tuya. Debes adquirir siempre más de $100,000 de protección ya que la prima adicional que pagarás por una protección de $300,000 será muy pequeña en proporción a la protección extra que recibirás.
En la cobertura de automóvil debes asegurarte que al menos estés protegido en tu responsabilidad pública por daños a personas y a la propiedad ajena. Si tus recursos lo permiten, debes incluir la cobertura de colisión y comprensivo que te protegen contra daños a tu propio automóvil, ya sea como resultado de colisión con otro automóvil, o como resultado de actos de la naturaleza: que un árbol caiga sobre el automóvil, que una inundación lo arrastre, que se incendie o que una tormenta eléctrica lo afecte.
Si tu automóvil es un modelo de pocos años de uso, la cobertura de colisión y comprensivo es muy importante ante el número tan alto de automóviles que pueden transitan por las calles, avenidas y autopistas sin protección alguna, más allá del seguro de responsabilidad obligatorio, que solo cubre $4,000 de daños.
El seguro compulsorio de auto
En EUA, incluyendo a Puerto Rico, todos los automóviles deberán estar asegurados con una cobertura mínima de daños a los otros automóviles como requisito indispensable para renovar el permiso que le permite transitar por las vías de acceso del país.
En Puerto Rico está vigente una ley que requiere que todo propietario de un vehículo de motor adquiera un seguro compulsorio para dicho vehículo, como una de las condiciones para renovar la registración anual del vehículo. (Ley 253 del 27 de diciembre de 1995). Esta ley cumple el propósito de cubrir los daños que puedas causar a otro vehículo de motor como consecuencia de un accidente. El seguro obligatorio no cubre daños corporales que tú le ocasiones a otra persona. Este daño sólo es cubierto con una póliza de responsabilidad pública. Muchas personas creen que, por haber pagado el seguro obligatorio en la renovación de sus derechos anuales por el vehículo, ya tienen un seguro completo para cubrir todo tipo de accidentes.
Como parte del procedimiento ordinario, si sufres un accidente de auto y causa daños a otro vehículo de motor debe informarlo a tu aseguradora de inmediato. La cubierta del Seguro Compulsorio es limitada porque tiene un límite de hasta $4,000 por cada accidente. En la eventualidad de que provoques daños a otro vehículo de motor, la póliza sólo le pagará al perjudicado hasta $4,000 suponiendo que las reparaciones llegan a dicha cantidad. Por tanto, si impactas un auto y la reparación excede de $4,000 el seguro Compulsorio no responderá por el exceso y tendrás que hacerte responsable de dicho excedente. De hecho, si causas daños físicos negligencia, también tendrás que pagar de su bolsillo esos daños, excepto si tienes una póliza de seguros adicional que cubre los daños físicos. Conforme a la Ley la persona que causa el accidente no tiene derecho a cobrar nada del Seguro Compulsorio. Por eso es recomendable que tengas una póliza de seguros que cubra los daños a tu vehículo. (Asociación de Suscripción Conjunta, 2016).
Ley del Derecho a la Protección del Hogar Principal
En la jurisdicción de Puerto Rico está vigente una legislación que permite proteger la propiedad que constituye la residencial principal de una persona, contra una ejecución por demandas civiles en su contra, conocida como Ley del Derecho a la Protección del Hogar Principal y el Hogar Familiar (Ley Núm. 195 de 2011). Esa ley amplia la protección de hogar seguro, clarifica las excepciones aplicables a dicha protección y establece el procedimiento para reclamar la protección. El propietario debe formalizar una escritura de hogar seguro ante un notario e inscribir dicha escritura en el Registro de la Propiedad.
La exposición de motivos de la ley, describe la intención de la Asamblea Legislativa del territorio de Puerto Rico. Indica que …”La protección de “hogar seguro” tiene como finalidad que cada ciudadano propietario cuente con una protección básica ante el riesgo de ejecución de una sentencia en contra de su residencia. La pérdida del hogar familiar representa un duro golpe para cualquier familia. Dicha pérdida no sólo tiene implicaciones económicas, sino que tiene el potencial de afectar la estabilidad emocional de todos los miembros del núcleo familiar. Se trata, pues, de un asunto medular para la estabilidad de la institución más básica de nuestra sociedad y para cada puertorriqueño que con grandes sacrificios ha adquirido una residencia… [P]ara muchos puertorriqueños su hogar representa casi la totalidad de su patrimonio y lo único que pueden ofrecer a sus herederos. Así, la protección del hogar es de gran importancia para todos en Puerto Rico, desde el joven que con tanto anhelo compra su primera propiedad hasta el individuo retirado, que tanto luchó para mantener su propiedad”….
En resumen, como parte de las medidas que deberás tomar para tu paz financiera, es importante que no dejes al descubierto la protección contra el riesgo de eventos de la naturaleza, demandas contra tu persona o un accidente que inflija daños a otras personas o propiedades por los cuales debas compensar a las personas afectadas.
Si mueres a una edad temprana
La muerte prematura, tuya o de tu compañero o compañera, deja a los demás miembros de tu familia desprovistos de una parte considerable de los ingresos requeridos para satisfacerles las necesidades básicas. Para poder ilustrar mejor este riesgo utilicemos un ejemplo.
Supongamos por un momento que aportas a tu familia $2,000 mensuales ($24,000 anuales) y que tienes 40 años de edad. ¿Cómo podemos calcular la pérdida económica que sufre tu familia si mueres prematuramente? Podemos proyectar esa suma hasta que alcanzaras 65 años incluyendo un ajuste inflacionario de 3% anual y el resultado arrojará la suma total de $802,000 como el potencial de ingresos perdidos.
Otra manera de calcular la pérdida es determinar cuál es la suma de dinero que se requiere para que tu familia pueda recibir $2,000 mensuales en intereses de dicho principal. Si asumimos un 7% de rendimiento neto anual, esa suma requerida será $342,000. Resumido de una manera simple, el riesgo de que tú mueras, ahora, si generas $24,000 anuales, representa para tu familia una pérdida de $342,000, que es la suma que, invertida a un 7% de interés o rendimiento anual, produciría los $24,000 que tu aportas. Aunque este ejemplo sencillo no toma en consideración otras necesidades como la deuda hipotecaria de tu casa o un fondo educacional para la carrera universitaria de tus hijos, sirve de punto de partida para ilustrar el riesgo.
¿Cómo cubres este riesgo? La manera más cómoda es pagarle todos los meses una suma de dinero relativamente pequeña a una compañía de seguros a cambio de que, en la eventualidad que tú mueras, la compañía de seguros le entregue a tu familia $342,000 para compensar la pérdida económica que han sufrido.
Hay dos grandes categorías de seguros de vida: seguro de término y seguro permanente. El seguro de término es puro seguro como lo es el de automóvil, compras cobertura por un periodo de tiempo. Si mueres durante ese periodo de tiempo, la compañía de seguros paga a tu familia la suma de dinero que se especificó en el contrato. Si no mueres durante ese periodo, la póliza expira. Si quieres continuar asegurado tienes que renovar el contrato a un costo más alto, porque ahora eres más vieja y el riesgo para la compañía de seguros es mayor.
El seguro permanente no expira. Hay tres modalidades de seguro permanente: los contratos de vida entera (whole life), los contratos de vida universal (universal life) y los contratos de vida variables (variable life). Discutiremos aquí los primeros dos. Los contratos variables, por su semejanza mayor con ciertos instrumentos de inversión conservadores, se discuten en otra sección.
Cuando se adquiere un contrato de seguro permanente del tipo de vida entera, pagas una suma fija por el resto de tu vida o mientras quieras mantener el contrato en vigor. Puedes pagar la prima todos los meses, trimestral o anualmente, dependiendo tu conveniencia. A cambio de dichos pagos y en la eventualidad de que mueras la compañía de seguros se compromete a pagar a las personas designadas como beneficiarios una suma fijada en el contrato. Además, el contrato incluye una cuenta que acumula valor monetario (cash value) y que paga una tasa de interés fija anualmente.
En este tipo de seguro, los intereses acumulados en la cuenta crecen libre del pago de contribuciones hasta el día en que liquides el contrato. Como norma general, una vez el contrato entra en vigor no puedes alterar la cantidad de las primas a ser pagadas ni la cantidad de seguro de vida. Si lo necesitas, puedes tomar dinero prestado contra los valores acumulados. También puedes liquidar parte de los ahorros. Si cancelas el contrato antes de un periodo de tiempo estipulado, usualmente entre 10 y 15 años, el contrato te impone una penalidad (surrender charges).
Otro tipo de seguro permanente es el contrato de seguro de vida universal. Este contrato opera en forma similar al anterior, pero puedes aumentar o reducir el pago mensual y la cantidad de seguro de vida como parte del mismo contrato, según las circunstancias personales cambien. Si las circunstancias económicas no te permiten hacer los pagos, puedes hasta dejar de pagar mientras la cuenta tenga ahorros acumulados. Por lo general a estos ahorros se les pagan tasas de interés más competitivas, pero siempre una tasa fija.
Como habrás notado, los seguros de vida permanente ofrecen protección de seguro de vida, variedad de selección, flexibilidad de inversión y varias maneras de acumular ahorros sin pagar contribuciones sobre el crecimiento de la cuenta hasta que liquides el fondo.